domingo, 9 de septiembre de 2012

Estos Vecinos...

Ignoro si realmente tenga razón o no, pero ya sea pata o gallareta, las personas que cohabitan el lugar donde resido (un complejo de apartamentos, como para variar), son unos vecinos que para qué les cuento. Desde el niño que ensucia todas las paredes de las escaleras con las ruedas de su bicicleta, hasta el perro pulgoso que le ladra y hace correr a todo el que transita por frente al edificio donde habita su dueño.

Créanme, he hecho todo lo posible para evitarme un problema con estas personas. No quiero patear al perro, ni tener que buscar un balde lleno de agua y detergente y poner al niño a cepillar las paredes, porque al final, lo único que voy a lograr es que me pongan fundas de basura en mi puerta, o me rayen la pintura del carro, o cualquier cosa sinónimo de problemas. Lo que si sé es que en este residencial de mierda la gente es tan cerrada y tan desgraciada, que para sentirse bien consigo misma tiene que hacer sentir mal al otro, o lo que es peor, para estas personas mostrar un poco de urbanidad y buenas costumbres es sinónimo de enfermedad venérea.

Tengo un vecino al que la música de Anthony Ríos, Sophy, Ana Gabriel, Félix de Oleo y demás amargados empedernidos pone a tono. No es que no me guste la música. Lo que detesto es su costumbre de elevar el volumen de su estéreo a niveles donde ya no es música, sino un ruido insolente, descomunal, desconsiderado y hastiante, más aún cuando llega desde las dos de la tarde y abre todas las ventanas y la puerta de su piso, con el estéreo a todo lo ancho y largo del residencial, como si a todo el mundo le importara lo de la mancha del tamaño de la mujer que lo abandonó, comportándose con ese aire todo socarrón cuando vocea las letras de las canciones que escucha. Si no es eso, entonces se reúne con su tribu de amigotes y entablan un juego de dominoes a puertas abiertas, y uno tiene que escuchar a un grupo de primates voceando "capicúa 25", "paso", todo un domingo por la tarde, o cualquier otro día de noche que se les ocurra, cuando uno llega cansado del trabajo y lo único que quiere es un poco de paz, una música que invite al descanso y buena vibra y charlar con su esposa un poco. En cambio de eso, hay que meterse a una habitación y cerrar la puerta para poder uno estar a gusto sin interrumpir al otro cuando le cuenta el día. A veces los ves a todos a eso de las una y dos de la mañana hablando de las mujeres que han tenido, de traiciones, de lo que le importa o no le importa a nadie, en el parqueo, bebiendo cerveza y muertos de risa. Muy graciosos ellos, los muy hijos de la puta que los parió...

Otro vecino tiene un vehículo 4x4, al que le instaló un sistema de sonido un tanto estridente. Me importa rábanos qué le haya puesto o no. Lo que sí me jode a horrores es cuando abre las 5 puertas del utilitario y pone a sonar el estéreo a un volumen que molesta muchísimo, justo delante del apartamento que habito. Imagínense a este sujeto llegando a las tres de la mañana con un Dembow de Don Miguelo a todo volumen, parquearse al frente del residencial con una cerveza en la mano, abrir la portezuela del conductor y orinar ahí mismo, todo eso con la música hasta el topete. Lo mejor: este tipo vive con su madre, con la cual se pelea bastante. Puedes escuchar las discusiones como si estuvieras en la primera fila de una pelea de boxeo. Casi siempre gana la madre (total, miren el producto que sale!).

Si no es eso, entonces el problema es el parqueo del vehículo. Lo primero es que desgraciadamente es solamente un parqueo por apartamento, y en mi casa hay dos autos. Debido a esto, tuve que hablar con un vecino que no "usaba" su parqueo "porque detesta quitarle las hojas al auto por la mañana", así que utiliza otro que no está resguardado por árboles, pero cuando esta haciendo un sol que manda madre, entonces el tipo hace una recuperación espontánea y pone su flamante vehículo bajo el árbol aquel, y yo me quedo sin parqueo. Me dan unas ganas enormes de decir tres cosas, pero nada. Mejor me lo trago. Si no es él, entonces es una visita a alguien del edificio quien lo toma, y los muy hijoputas se quedan de lo más campante. Por qué cojonuda razón no les dicen a los visitantes que deben aparcarse afuera o en el parqueo del apartamento que visitan? No. Tienen que tomar el que uso. Precisamente ese. El mero mero.

Lo último que me está pasando es con una vecina y su completa inhabilidad para aparcar, además de una carencia enorme de sentido común y falta de tacto. La mujer utiliza un vehículo muy grande para su capacidad de parqueo (que es relativamente nula), y para desgracia mía usa el parqueo siguiente (el de al lado, joder!). Si no está mi carcachita, entonces es como si los dos espacios fueran para ella: aparca tan desmesuradamente mal, que la parte de atrás de su vehículo obstruye mi entrada. Lo que me jode es que la rubia (tenía que serlo, para variar,no!?), ni siquiera hace un esfuerzo por aparcarse correctamente. Ni uno. No da reversa para ver el espacio que invade y cuadrar el puto CRV que conduce. Donde la primera llanta haga contacto con el pilote del espacio de parqueo, pues ahí apaga el auto y se larga con viento fresco. Yo? Bueno. Me quedo observando cómo la parte trasera del CRV casi roza con mi retrovisor (si puedo aparcar), o tengo que irme a otro espacio de parqueo a regañadientes, para evitarme inconvenientes con la bestia de pareja que tiene, al cual se le avisó el problema cuando llegaron una noche. Saben qué me dijo el muy cabrón? "Eso está bien ahí", y se largó abrazando su rubia, con una franela de basquetbolista y una cerveza grande en la otra mano.